miércoles, 21 de mayo de 2014

Un día diferente

El experimento de este trimestre consistía en comportarse de una manera distinta con todo el mundo pero siempre con buena intención; es decir; si eres y una persona simpática ese día serlo aun más o si no ayudas a tu hermano con la tarea del colegio ese día ayudarlo. El objetivo era ver como reaccionaban las personas que estaban contigo en ese momento.

En mi caso, decidí el día  19 de mayo ser más simpática y cariñosa con mis amigas, ayudar a mi madre en algunas cosas y evitar pelearme con mi hermano.

Al principio, mis amigas me notaban rara al verme comportarme así por lo que intente que no se notara mucho para que no me descubrieran.

Después al llegar a mi casa ayudé a mi hermano con la tarea del colegio y me miró de una forma extraña ya que nunca le ayudo yo por mi cuenta si el no viene a pedirme ayuda.

Lo mismo ocurrió con mi madre cuando le pregunte si necesitaba ayuda en algo.

Finalmente, a la noche cuando terminaba el día y ya había realizado el experimento, me sentía muy bien tras haber ayudado a mi hermano y a mi madre ya que normalmente nunca lo hago si no es obligatorio y sobre todo por comportarme de esa manera con mis amigas, intentando hacerlas sentir bien y hacerlas reír, algo que en realidad realizo todos los días porque sinceramente me gusta estar bien y alegre con todo el mundo y sobre todo con ellas que son las que se preocupan por mi y me hacen reír y ser feliz cada día, por ello decidí aquel día ser aun mejor persona con ellas.





miércoles, 19 de marzo de 2014

Teoría de la sustancia de Descartes

Descartes estructura la realidad en tres sustancias. Éste autor defina sustancia a la porción de la realidad independiente de las demás que no necesita de ninguna otra para existir. Estas tres sustancias que distinguen son las siguientes:



  • En primer lugar, con respecto a la res extensa, es la parte de la realidad formada por materia. Con respecto a las meditaciones metafísicas,  Descartes concibe un mundo mecanicista en el que todo movimiento es el resultado de la intervención de una causa previa que a su vez ha estado determinada por la acción de uno o varios agentes obedeciendo unas leyes universales. Y en cuanto al papel de Dios, no admite la figura divina, sino que su función queda limitada al momento inicial, a la creación del universo y cuando  le otorga el movimiento.

  • Con respecto a la res cogitans es la parte de la realidad formada por el pensamiento, es decir, no existe la materia. Según lo planteado en las meditaciones, desde el punto de vista de Descartes, el pensamiento constituye una sustancia, y por consiguiente, es independiente del cuerpo. De manera que si el cuerpo no existiera, el alma si seguiría existiendo. Por tanto podemos incluir a este filosofo en el bando dualista . El problema que se la plantea a Descartes es si alma y cuerpo pertenecen a sustancias independientes, como explica la conexión entre ambas. Este problema lo resuelve afirmando la existencia de la glándula pineal, situada en el cerebro, y acusa de ser la responsable de conectar ambas sustancias.



  • Y por último la res infinita, formada por la idea de un ser perfecto e infinito, Dios. Esta sustancia es la responsable de la creación de los sustancias finitas ( extensa y cogitans), aunque éstas son independientes entre si. En las meditaciones metafísicas, la figura de Dios es deducido desde el cogito. El sujeto pensante es intuido y entonces. a través de las ideas de infinitud y perfección junto a los argumentos ontológicos y cosmológicos se demuestra la existencia de Dios. Así escapamos del solipsismo y superamos la duda, por tanto la perfección de Dios nos impide engañarnos cuando nuestra razón nos presenta de forma clara y distinta una verdad (intuición intelectual).







En mi opinión, con respecto a la definición que Descartes otorga a sustancia, considero que realmente estas sustancias si son independientes entre si, e incluso que la res infinita (Dios) no es responsable de la creación de las otras sustancias finitas, ya que la definición que otorga Descartes a esta sustancia (perfecta en infinita) es el resultado de sus pensamientos, puesto que no tenemos certeza o demostración de que realmente Dios exista. Aunque tradicionalmente la religión cristiana nos ha educado basando nos en la existencia de Dios como creador del mundo y padre de todos los seres humanos, para mi esta idea resulta sin fundamentos, ya que contrastada con todos los avances científicos no representa mas que una teoría construida desde la antigüedad, similar a un mito. Tampoco se conoce, por experiencia, la existencia de este ser perfecto, por lo que me lleva a pensar que no es real.

En cuanto a las otras dos sustancias, considero que es cierto que el ser humano consta de ambas, aunque me cuesta un poco creer que los animales no dispongan de pensamientos, según experiencias anteriores con mis mascotas. Un simple cariño, un perro ilusionado moviendo la cola, un pájaro cantando... me llevan a plantearme si es cierto que los animales no tienen sentimientos ( felicidad, dolor, tristeza, alegría, furia...) y como Descartes plantea que los sentimientos se encuentran dentro de la res cogitans, no creo que esta afirmación sea del todo cierta.

Sin embargo todo esto resulta de mis pensamientos, y obviamente. no tienen por qué ser ciertos. Cada persona puede pensar de una manera distinta, e incluso puede que la teoría de las sustancias explicada por Descartes siglos atrás sea cierta, En definitiva está en manos de las personas reflexionar lo que ellos crean sobre la realidad








miércoles, 26 de febrero de 2014

¿Es malo tener mala suerte?


¿Es malo tener mala suerte?


El artículo nos presenta a dos amigos, Bell y Haig, tomando unas cervezas n un bar. Cuando llega la hora de cerrar, los dos se dirigen hacia sus coches con unas copas de más.

Bell llega a casa sin ningún problema y al día siguiente se levanta como cualquier día normal, aunque con una ligera resaca debido a la noche anterior. Sin embargo Haig no tiene la misma suerte ya que este mientras se dirige a su casa se encuentra con un joven en medio de la calle al que atropella causándole la muerte en el acto. A Haig le caerán varios años de cárcel, mientras que a Bell solo le costará una multa y la retirada de varios puntos de su carnet de conducir, aunque Bell ha cometido el mismo error que Haig, conducir borracho, sin embargo Haig no ha tenido la misma suerte que Bell al encontrarse con ese joven en medio de la calle y atropellarlo. En este caso, se podría decir que Haig ha tenido mala suerte aunque sobre la suerte no se puede actuar y no la podemos controlar.

La diferencia entre el caso de Bell y el caso de Haig es notable, debido a las consecuencias que se han producido, ya que Bell no ha matado a nadie a diferencia de Haig que ha acabado con la vida de una persona.

Aunque deberíamos juzgar a los dos de igual modo, ya que Bell también iba conduciendo borracho y también podría haber atropellado a alguien, pero Haig solo tuvo la mala suerte de encontrarse con esa persona en medio de la calle, ya que el no quería matar a nadie. De este modo se podría decir que los dos son igual de culpables por conducir borrachos.

La suerte no entiende de comportamientos buenos o malos, en este caso debería existir la suerte moral, ya que la mala suerte puede convertirnos en malvados y el ser malvado puede atraer la mala suerte.

La suerte que existe es la suerte resultante, donde el azar resultante de una acción puede afectar a nuestra evaluación del mismo, es decir, en este caso, juzgamos de distinta manera a Haig y a Bell porque la consecuencia de que Haig fuera conduciendo borracho es la muerte de una persona.

Aunque si juzgamos desde las intenciones de cada uno es distinto, ya que los dos tiene la misma intención, no matar a nadie, y por lo tanto ser juzgados del mismo modo, aunque el control de las intenciones depende del tipo de personas que seamos, pero existen muchos factores que nos configuran como personas y sobre las que no tenemos control, como el carácter; muchas personas no pueden controlar su carácter ni cambiar su forma de ser, ya que decimos que somos así por “naturaleza”.

Por otro lado también podemos hablar de la suerte circunstancial, en la que hasta que punto una evaluación moral puede depender de las circunstancias.

Si hablamos de la suerte moral se nos plantean los mismos problemas anteriores. Si Haig, por su propia voluntad libremente no quiso matar a nadie, no existe la libertad de esa persona para matar y por lo tanto no se le puede responsabilizar de la muerte.

Para algunos filósofos, la suerte moral no existe e intentan buscar otra solución, pero para otros filósofos si existe la suerte moral y a partir de ahí siguen evaluando.

En conclusión, podemos decir que la buena suerte atrae y favorece el bien y hace que nos comportemos bien y la mala suerte atrae el mal y la maldad y hace que nos comportemos mal.